miércoles, 17 de julio de 2013

Mi experiencia con Venezuela

 Eva Castillo Carón
Desde que empecé a escribir sobre  Venezuela y su Libertador Simón Bolívar, el próximo 29 de septiembre hará un año, no podía entender qué les ocurría a las gentes de éste país; porqué los venezolános a quieénes veía yo inmersos en un terrorífico sueño, como en una especie de "visión meléfica", llamada "chavismo"que era nueva para mi, pero que en Vzla se vivía desde hacia ya catorce años; no reaccionaban de  nguna manera nadie, nadie ni ciudadanos ni instituciones,ante la propia presencia decadente y grosera de su "lider",un sórdido ilusionista de la Historia, incapaz de convencer a nadie que tuviera una mínima cultura con sus descabelladas teorías y supuestos conocimientos que olían a ignorancia desde lejos; defensor de unos ideales obsoletos, que aprisionaban su nación en una novela barata de "buenos y malos", donde mantenerse del lado de la izquierda política garantizaba "la salvación" del resto de la basura que eramos nosotros en especial los españoles; ¿cómo entender esto? ¿porque tampoco reaccionaba La Academia de Historia?

Poco a poco fui descubriendo que parte de esa "pasividad" se debía al propio aislamiento; nadie denunciaba a Chavez, porque no había donde denunciarlo, en la "seudodemocracia" edulcorada creada por el "comandante eterno", se "olvidaron" de separar poderes. 

Luego llegaron Maduro y el más peligroso Castro,quien de manera escandalosamente camuflada siempre estuvo ahi.  La situación se agrava peligrosamente, y a pesar de ello seguían sin reaccionar. El carácter venezolano no responde, en mi opinion porque le asusta la soledad, son como nikños pequeños  acostumbrados a cruzar la calle tomando la mano de un adulto; ahora el adulto les ha dejado solos, y deben atravesar una autoista plena de tráfico ¿como hacerlo? ¿a quien seguir ahora? Venezuela reacconará, y cuando lo haga reescribirá su historia;  reencontrará su verdad;  corregirá sus errores, y es posible que de todo ello, saque la manera de guiar al mundo; a pesar de todo cuanto escribo, de lo "mal" que los trato, estoy convencida de que así será.